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luns, decembro 01, 2003

¿Cómo empezó esto de la Copa América? 

Goleta  América

En 1851 el Príncipe Albert, consorte de la Reina Victoria de Inglaterra, organizó una exposición universal. En dicha exposición había un bote de práctico de New York, el cual era bastante rápido para la época.

Entonces mandaron una carta al Club de Yates de New York, invitándoles a participar en la primera regata "internacional" de la historia.

Un grupo de americanos aceptó el reto y se puso a construir el velero más rápido del mundo. Su constructor tenía tanta fe en la velocidad de esta goleta de 31 metros, que incluso garantizó que sería el yate más rápido, comprometiéndose a devolver el dinero si no lo fuera.

El hombre metió la pata, porque antes de salir rumbo a Inglaterra el "América" --así se llamaba el velero-- compitió en una regata con un buque del Comodoro del Náutico de New York y perdió. Claro, que el buque del comodoro era una especie de bicho raro de los mares, con una vela enorme que nunca hubiera sido capaz de cruzar el océano. Y en esa época los barcos de la Copa América no podían viajar en la panza de enormes aviones como lo hacen hoy en día.

Al constructor del América la regatita le salió un poco cara; y aunque no tuvo que devolver el importe total del barco, si tuvo que hacer una considerable reducción en su precio del 30%.

Económicamente a nuestros neoyorquinos la aventura parecía que les iba bastante bien; y a pesar de que no tenían el buque más rápido del mundo, sí que era lo suficientemente rápido para ganar a los yates ingleses. Su propósito era amortizar los gastos con las apuestas que cruzarían en Inglaterra a favor de su barco.

El problema fue que cuando llegaron a Inglaterra, todo el mundo se quedó alucinado con el fabuloso barco de los americanos, y tuvieron serias dificultades para que los ingleses cubrieran sus apuestas.

La regata no les fue todo lo bien que ellos se esperaban. Iban terceros, y hubieran tenido serias dificultades para ganar si el que iba de segundo no hubiera encallado, y el primero no hubiera acudido en ayuda del segundo.

Además, el América no pasó por una de las marcas, alegando que las instrucciones de la regata no eran claras; y si la regata hubiera tenido lugar en nuestros días, habrían quedado en los últimos lugares después de aplicar los modernos criterios de compensación de los veleros atendiendo a su construcción y la superficie de las velas.

En aquella época, la única regla que importaba era llegar primero.

La Reina Victoria que había donado el trofeo (ahora apodado "Auld Mug" --Vieja jarra--) dicen que preguntó, cuando fue informada de que había ganado el "América":

--¿Y quién quedó el segundo?

--No hay segundo, Majestad-- le contesto un oficial británico.

Para saber más historias sobre la Copa América: The Official Site of The America's Cup

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