<$BlogRSDUrl$>
xoves, abril 22, 2004


Calamar Gigante


Hoy se celebra el día de la Tierra —del planeta tierra—, que bien podría llamarse día de los Océanos, pues como es sabido ocupan las tres cuartas partes de su superficie.

Los mares y los océanos, nunca dejan de sorprenderme. Al contrario, ahora que mantengo esta página sobre el tema y me intereso por ellos, me sorprenden mucho más todavía.

Acabo de ver en la revista Geo, la primera foto de un calamar gigante Architeuthis, que fue fotografiado por casualidad en el mar Rojo por el biólogo francés Laurent Ballesta. El relato de su experiencia resulta emocionante. Especialmente, si tenemos en cuenta que un grupo de científicos han puesto un gran empeño en buscarlos y fotgrafiarlos —sin éxito— frente a las costas asturianas. Hoy en día sigue siendo tan fantástica esta especie como cuando Julio Verne escribió sobre ella en «20.000 leguas de viaje submarino». Pero Julio Verne estaba muy bien documentado y eso que no tenía Internet:

«Era un calamar de colosales dimensiones, de ocho metros de largo, que marchaba hacia atrás con gran rapidez, en dirección del Nautilus. Tenía unos enormes ojos fijos de tonos glaucos. Sus ocho brazos, o por mejor decir sus ocho pies, implantados en la cabeza, lo que les ha valido a estos animales el nombre de cefalópodos, tenían una longitud doble que la del cuerpo y se retorcían como la cabellera de las Furias. Se veían claramente las doscientas cincuenta ventosas dispuestas sobre la faz interna de los tentáculos bajo forma de cápsulas semiesféricas. De vez en cuando el animal aplicaba sus ventosas al cristal del salón haciendo en él el vacío. La boca del monstruo -un pico córneo como el de un loro- se abría y cerraba verticalmente. Su lengua, también de sustancia córnea armada de varias hileras de agudos dientes, salía agitada de esa verdadera cizalla. ¡Qué fantasía de la naturaleza un pico de pájaro en un molusco! Su cuerpo, fusiforme e hinchado en su parte media, formaba una masa carnosa que debía pesar de veinte a veinticinco mil kilos. Su color inconstante, cambiante con una extrema rapidez según la irritación del animal, pasaba sucesivamente del gris lívido al marrón rojizo.»

Comentarios: Publicar un comentario

This page is powered by Blogger. Isn't yours?