Isla de Jorganes

Mar Adentro


Hoy he ido a ver «Mar Adentro». Tenía que ir. No en vano, su ayudante de producción me tuvo pendiente del móvil durante un día y medio. Fue para sacar unas fotos de Barden en un buque mercante. Aparecen dos en la película. Una con la Estatua de la Libertad de fondo, y la otra —que se ve muy de pasada— delante de los molinetes del barco. Total día y medio colgado del móvil para… ¿medio segundo de fotos fijas en la película? Bueno, seguro que vosotros no habéis hablado con Amenábar durante el rodaje, ni habéis visto a Barden interpretando.

Barden es un monstruo. En la película borda el personaje. Pero en el ratito que estuve viéndole, «se salía» de simpático. Él se sabe un monstruo y sobreactuaba en su simpatía.

Amenábar es un tipo sencillo. Una hormiguita. Un currante. Era el director, pero también era el que ponía a andar a todo el mundo. Me recordaba al capataz de una colla de estibadores. Su fama no le había echado a perder; por el contrario, le abría puertas y él sabía aprovecharlas.

Quería saber como estaba tratado el tema de Manuel Sampedro. Aquí, en el Barbanza, un tema que había salido en todos los medios nacionales, estaba en la boca de todo el mundo.

Un colega, me comentó que era amigo de Ramón Sampedro cuando era joven. Al poco de tener el accidente fue a verlo al hospital, y quedó muy impresionado porque lo único que decía es que él no quería vivir así. Que deseaba morir. A mí aquello me sobrecogió bastante, sobre todo viendo la lucidez e inteligencia que tenía Ramón. Me pareció más que un deseo legítimo de disponer de la propia vida libremente, una especie de manía persecutoria. No lo entendí, y sigue siendo un asunto que sigo sin explicarme después de ver la película. Claro, que cada uno es cada uno, y quizás para vosotros este punto esté muy claro y vuestra opción no sería en ningún caso seguir viviendo.

Tampoco entendí, en su momento, la postura del personaje que interpreta Lola Dueñas que en la película se llama Rosa y en la realidad Ramona. A Ramona la conozco de vista, y nunca la comprendí hasta hoy. Ahora sí. Lola Dueñas está genial... Y, Mabel Rivera, Celso Bugallo y Joan Dalmau se salen.

La verdad es que he nombrado a unos pocos, pero todos están fenomenal. Supongo que en eso también tiene algo que ver Amenábar. Tiene un don, y ha sabido convertir un tema tan difícil en una película muy interesante llena de vida, emociones, simpatía y encanto. Eso sí, si vais a verla llevad bastantes moqueros. Y como dice Jose en la bitácora de cine «Esa la he visto»: «Yo les recomiendo que vayan a verla, y que vayan ahora. Siempre podrán presumir de haber ido al estreno de un clásico, en vez de tener que esperar a que otros nos digan que lo fue».